P.C. Madurga

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Amigos y ciclistas

jueves, 20 de mayo de 2010

Reflexiones de un globero

UN DIA GENIAL

Me levanto con unas ganas tremendas de coger la bicicleta, almuerzo ligero y me visto como un rayo. Cuando llego a la calle me doy cuenta que el día es perfecto, un sol radiante, nada de viento y la temperatura ideal 20 grados. Elijo una ruta y me lanzo a la carretera, empiezo a notar una fuerza increíble, muevo el desarrollo con facilidad y mantener la cadencia que quiero es pan comido. El primer puerto lo subo de maravilla me apretó cada vez más, pero es como si no tuviese limites, es una pasada. Bebo agua fresquita, como unas barritas que compre el otro día y están buenísimas. Cada repecho lo subo con fuerza y me cruzo con muchos ciclistas que me saludan, el pulso me sube y baja de cojones y la vida es maravillosa. Me encuentro con el segundo puerto y aunque algo cansado ya, lo subo con mucha determinación y lo acabo como un campeón. Llego a casa sin pinchazos y cuando miro la media ¡joder 33!, esto es increíble, ahora subo las escaleras y me está esperando mi mujer con los espaguetis en la mesa y una clarita fresca.

UN DIA PARA OLVIDAR

Me levanto echo un trapo y tengo que coger la bici, almuerzo mucho y sin ganas, me pongo a buscar la ropa y está en la lavadora, tendré que ponerme la fea. Cuando llego a la calle, esta nublado y hace un viento de cojones, de la temperatura ni te hablo. No sé qué ruta coger, estoy hasta los cojones de hacer las mismas rutas, bueno la escojo y me lanzo a la carretera, me noto débil, decido quitar el plato grande para ir mas ágil y me doy cuenta que no lo llevo puesto, no encuentro una cadencia ideal y me encuentro incómodo. El primer puerto lo subo como puedo, empiezo suave y acabo suavizado, esto no ruya, cojo el bidón para beber y horror no lo he llenado y solo me queda el culo del entrenamiento anterior, me cojo una barrita que compre el otro día en bikepoch y que horror esta malísima, no se puede comer, es cierto que me dijo el chico de la tienda que tenían magnesio, pero es que saben a magnesio. Cada repecho es una tortura, saludo a los ciclistas como si saludara al monumento del tourmalet, el pulso no me sube nada y de repente se sube por las nubes, esto es una mierda. Me encuentro con el segundo puerto, no, la verdad que cojo un atajo y paso del segundo puerto, entonces pinchazo y para colmo empieza a caer una fina lluvia, cambio la cámara y acabo empapado, por fin en casa la media ni la miro, subo a casa y está mi mujer con un mosqueo de cojones ha hecho arroz y se ha pasado, le explico que he pinchado y ha empezado a llover y me dice que no le moje el suelo que ha limpiado, que día.

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