El viernes regresaba de Sitges en mi BMC y un camión cuba de
los que tanto nos hacen pasar miedo en las costas casi me chafa contra el
quitamiedos de Hormigón, suerte que eche pie a tierra a tiempo. Hasta aquí la
misma historia de siempre, con la diferencia, que este día Juanito no estaba
dispuesto a dejarlo pasar y gracias a un control de paso de los Mossos d’esquadra
que estaban cortando los vehículos a causas de unas obras pude volver a
encontrarme con el desarmado que conducía los 12000 kilos de hierro y arena.
Tengo que decir que siempre huyo de toda falta de respeto y que no me dejo
llevar por los nervios pero es que esta vez estaba verdaderamente cabreado y es
que cuando uno tiene hijos es otra historia. Una vez llego a la altura del
camión me voy directamente a la
ventanilla del conductor a preguntarle el porque de tanta inconsciencia al
volante, nada más mirar hacia el interior descubro a un tío enorme, gordo como
un tonel y fumando un puro de los que ya no se llevan ni en las películas de gánster,
la verdad que no podía ser de otra manera, un hombre que no se respeta a si
mismo que no le importa su salud ni lo más mínimo, era de esperar que no
respetase la vida de nadie, menudo personaje. Una vez visto el panorama le
pregunte que a que obedece tanto desprecio a la vida, que tengo una familia y
que porque tiene que ir jugando de esa manera con la vida de los demás, pues
bien el tío me contesta que me valla a paseo, aquella contestación fue la gota
que colmo mi paciencia y estalle en cólera, empecé a insultarlo y a decirle que
se bajara, viendo que no estaba dispuesto me arme de valor y me puse delante del camión con mi bicicleta y
le dije que ya no pasaba hasta que no bajase, en eso los mossos viendo el
panorama y la pelotera que estaba armando se acercaron para hacernos circular,
para mi era perfecto pues lo que quería es que alguien por una vez en la vida le
diera un escarmiento a semejante descerebrado, el mosso la verdad es que lo único
que parecía interesarle es que yo dejase de cortarle el camino al camionero y
cuando le dije todo nervioso lo sucedido me dijo que pasásemos más adelante y
que allí tomarían cartas en asunto, entonces es cuando ocurrió, el camionero al
escuchar al policía le entraron los nervios y quiso escapar invadiendo el
carril contrario, lo que definitivamente fue su perdición, estoy completamente
seguro que por mucho que les contase y les rogase, nunca le harían nada en mi
caso concreto, ya que era mi palabra contra la del y no tenia testigos, pero
como me dijo el agente después de esta maniobra de intento de evasión y de hacer
caso omiso de las ordenes de los agentes, se le iba a caer el pelo. El
desarmado del camión fue detenido y denunciado y yo proseguí mi camino, es
cierto que estaba muy nervioso, pero muy satisfecho. Ya esta bien de mandar
compañeros al hospital, que esto parece una sangría, cuando se dará la gente
cuenta que la carretera es de todos y que la vida es lo que esta en juego.
2 comentarios:
Bien hecho, yo tuve un caso similar el año pasado.
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