Aunque Astana todavía no ha cerrado el capítulo de fichajes, parece obvio que a estas alturas de año difícilmente podrá conseguir incorporaciones de relumbrón. Por tanto, aunque el equipo kazajo aún se reforzará un poco, ya se puede decir que Alberto Contador va a tener en 2010 una plantilla muy apañadita a su disposición. Con suerte, Astana podrá reunir en torno al madrileño un nueve aceptable para el Tour, pero poco más, porque como exija a sus hombres buenos resultados antes de la ronda gala, corre el riesgo de dejar luego desprotegido al madrileño en la cita más importante del año.
Sin duda, el mejor gregario que tiene Contador en el Astana es Vinokourov, quien aunque quizá no consiga su antiguo nivel, no estará lejos. Además, tiene experiencia y no se achica ante nada ni ante nadie. Junto a él pueden estar, arropando al madrileño en la ronda gala, sus inseparables Benjamín Noval, una garantía en las etapas llanas, y más cuando en 2010 habrá 13 kilómetros de pavés -distribuidos en siete tramos- en la tercera etapa, Dani Navarro y Jesús Hernández, además de David de la Fuente, el mejor fichaje realizado hasta la fecha. Tiralongo, octavo en la pasada Vuelta a España, Gasparotto, Grivko y Stangelj, también nuevos, además de Iglinskyi y Bazayev, completan la lista de posibles, ya que el fichaje de Óscar Pereiro se frustra por momentos.
Como digo, un equipo apañadito. Nada que ver con el Saxo Bank de los hermanos Schleck, Cancellara, Voigt, Cooke, Larsson y compañía; nada que ver con el Liquigas de Pellizotti, Kreuziger, Basso y Nibali y, por supuesto, a años luz del RadioShack de Armstrong, Leipheimer, Kloden, Popovych, Paulinho, Horner, Brajkovic... Rubiera y Zubeldia, un escuadrón que, con la base del Astana de este año, será en 2010 el equipo más fuerte para las grandes vueltas por etapas. Es obvio que, por potencial de equipo y gregarios, Armstrong lleva las de ganar, pero ¿será suficiente para batir a Contador?
Lance cree que, pese a que en septiembre cumplirá 39 años, en 2010 será más fuerte que este año. Es posible, porque es verdad que esta temporada no ha sido nada fácil para él, ya que regresaba a la competición después de casi tres años inactivo y, por si fuera poco, sufrió una fractura de clavícula en la Vuelta a Castilla y León, cuando más necesitaba acelerar su puesta a punto. Sin embargo, para estar a la altura de Contador no sólo necesita mejorar un poquito, sino un muchito, porque los 5:24 que les separaron en la general del pasado Tour se antojan escasos para lo que se vio en la carretera.
Analizando un poco lo sucedido en la ronda gala de este año, vemos que Contador fue mucho mejor que Lance tanto contrarreloj como, sobre todo, en la montaña. En la salida cronometrada de Mónaco, sobre 15,5 kilómetros que no eran precisamente llanos, Alberto sacó 22 a Armstrong; en Annecy, a cuatro días del final, la diferencia entre ellos fue de 1:30 sobre 40.5 km. Por tanto, en los 56 km de contrarreloj individual, el español sacó 1:52 al americano: justo dos segundos por kilómetro mejor. En la alta montaña las diferencias fueron mayores, y eso que las etapas de este año han estado 'descafeinadas' y que Astana llevó inexplicablemente la carrera frenada para favorecer a Armstrong. En Arcalís, en la primera llegada en alto, Alberto 'sólo' sacó 21 segundos a Armstrong. Puesto que las siguientes etapas pirenaicas no dieron más de sí, hubo que esperar hasta los Alpes para ver el verdadero nivel de los dos. Así, en Verbier Contador sacó 1:35 a Lance, una distancia que se fue hasta los 2:18 en Le Grand-Bornand. En el Mont Ventoux, puesto que el español tenía ya el Tour en el bolsillo, la diferecia a su favor fue sólo de tres segundos.
En la montaña, por tanto, la diferencia entre ellos fue de 4:17, que sumados a los 1:52 de las contrarrelojs nos dan un total de 6:09 a favor de Contador. Armstrong, sin embargo, fue más fuerte -o, mejor dicho, más inteligente o valiente- en el polémico final de La Grande-Motte, donde tras hacer un 'abanico' sacó 41 segundos al madrileño, y en la peligrosa llegada a Aubenas, donde el pelotón se cortó en la recta de meta y arañó cuatro segundos más. Descontando los 45 segundos a favor del americano, tenemos la diferencia final entre ellos: 5:24. En mi opinión, sin embargo, esta diferencia se antoja corta y podría haberse duplicado si Contador hubiera querido o necesitado, porque creo que Armstrong no habría sido ni el segundo mejor hombre del Astana a poco que la suerte hubiera sonreído a Kloden y Leipheimer. Eso no quita, sin embargo, para que reconozca el extraordinario mérito del americano, quien a los 38, después de tres años apartado del ciclismo y tras sufrir una fractura de clavícula, acabó en el podio. Sólo él podía hacerlo.
Tengo la impresión de que, más que ganar el Tour, cosa que me parece casi imposible en su caso, el objetivo de Armstrong en 2010 será que gane uno de sus compañeros, algo también complicado. En cualquier caso, su obsesión será que no gane Contador, porque nadie hasta ahora le había plantado cara y desafiado como el español y eso, con su orgullo 'yankee', no lo perdonará jamás. Lance, es obvio, se ha rodeado del mejor equipo posible, un equipazo, mientras que Contador no ha podido hacer otra cosa que cumplir el año de contrato que le quedaba en Astana y rodearse, si no de los mejores, al menos sí de gente fiel, que a la postre quizá resulte más efectivo.
Teniendo en cuenta que en 2010 el Tour no tendrá contrarreloj por equipos -Astana sacó este año 18 segundos al Garmin, 40 al Saxo Bank y 58 al Liquigas, quen tampoco es tanto- y que será bastante más montañoso, sobre todo por lo que se refiere al final de etapa en el Tourmalet, el de Pinto no debería tener problemas para imponer su clase ante el americano, aunque más vale que no necesite demasiado a su equipo porque podría llevarse una desagradable sorpresa. Más que Armstrong, no obstante, el rival será Andy Schleck, quien además de progresar un poco (sólo tiene 24 años), podría aprovecharse de la rivalidad entre el español y el americano.
Fuente: http://marcawas5.recoletos.es/blogs/Controlador?opcion=9&codPost=4090
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